LA MAS HERMOSA
LA MAS EXQUISITA
LA MORTAL
Hay tres hongos, clásicos
por su forma de paraguas, que siempre me han fascinado, destacando entre todos
los demás por sus radicales propiedades: hermosura, exquisitez y mortalidad.
Son las reinas del bosque, de los pinares, los ejemplares de hongos que siempre que
salimos al monte a disfrutar de la micología nos gustaría encontrar. Son
auténticas joyas en sus características, destacando de forma evidente con sus
congéneres. Son dignos de admirarse entre esos miles de especies diferentes que
podemos encontrar.
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LA MAS HERMOSA (Amanita muscaria) |
Estos seres emboscados, escondidos en algunos parajes, a veces secretos, nos compensan con su presencia de nuestro largo viaje, nuestro esfuerzo en el paseo y el madrugón por visitar el monte antes que la plaga, la plaga humana, arrase el monte, buscando fanaticamente las setas comestible que conoce.
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Huevo de Amanita muscaria |
Yo soy, por mi edad, de esos pocos, cada vez quedamos menos, que pudimos pasear por nuestros montes en paz, de forma solitaria.
La
dificultad de visitar esos parajes privilegiados alejados de las urbes, solo
estaban reservados para los lugareños y algunos pocos amantes de las montañas,
acostumbrados a viajar con el medio de trasporte que se requiriera, sin hacer
malas caras.
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LA MAS EXQISITA (Amanita caesarea) |
Nuestra ilusión por disfrutar de esas inseguras explosiones de vida, las setas en esa época otoñal o primaveral, justificaba una vez más nuestras salidas a la montaña.
Encontrar gente recolectando hongos era poco común en estas tierras del
este peninsular.
La micología era más tradicional en nuestra península por el Norte, con condiciones ambientales más idóneas para el crecimiento de los hongos y mayor proximidad a los lugares de su desarrollo. Lógicamente, esto siempre ha creado en estas regiones gran tradición a la micología.
En las tierras de Levante, la cultura micológica quedaba reducida por la mayoría a algunas especies muy comunes, como el Robellón, la Seta de cardo y poco más. Solo en las zonas altas y más húmedas, se recolectaba especies más variadas por los lugareños, asesorados por empresas alimentarias que acudían con camiones, una vez aleccionados los aldeanos en especies variadas, creando así una ayuda económica para sus habitantes.
Pero este trabajo lo realizaban entre semana y por ello nos resultaba extraño encontrar recolectores en el monte. Era un placer. Luego cambió.
La micología era más tradicional en nuestra península por el Norte, con condiciones ambientales más idóneas para el crecimiento de los hongos y mayor proximidad a los lugares de su desarrollo. Lógicamente, esto siempre ha creado en estas regiones gran tradición a la micología.
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Huevo de Amanita caesarea |
En las tierras de Levante, la cultura micológica quedaba reducida por la mayoría a algunas especies muy comunes, como el Robellón, la Seta de cardo y poco más. Solo en las zonas altas y más húmedas, se recolectaba especies más variadas por los lugareños, asesorados por empresas alimentarias que acudían con camiones, una vez aleccionados los aldeanos en especies variadas, creando así una ayuda económica para sus habitantes.
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LA MORTAL (Amanita phalloides) |
Pero este trabajo lo realizaban entre semana y por ello nos resultaba extraño encontrar recolectores en el monte. Era un placer. Luego cambió.
La
aparición del coche como vehículo común, aumentó la presencia de los
aficionados. Sin suficientes conocimientos, siguieron recolectando escasas
especie y con ellos lo peor; una
auténtica destroza de los ejemplares que no conocían como alimento.
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Huevo de Amanita phalloides |
Hoy día, aunque nuestra cultura micológica ha aumentado un poquito, aún encontramos irresponsables provocando lamentables destrozas.
Tenemos
que comprender que nuestra ignorancia acusa a muchas especies de no ser
comestibles y posiblemente no sea así.
No es
preciso odiarlas porque deducimos que son venenosas.
¿No podemos cambiar esta desagradable
filosofía?
Sería
interesante comprender, que no es necesario recolectar las setas para
disfrutarlas.
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Hermoso panorama de Amanitas muscarias en el pinar |
Son hermosos seres que no todo el mundo los busca para comerlos, también para fotografiarlos, disfrutar de su belleza y sus rarezas, incluso para gozar de su perfume.
De todas
formas, la osadía de alimentarnos con especies que no conocemos al ciento por
ciento, puede acarrearnos desagradables estados que nunca compensarán nuestra
osadía, ya que entre ellos también está la muerte.
¡¡Ojito
amigos!!
No es
preciso devorarlas para disfrutarlas. Respetémoslos y gocemos de ellas.
Fotos del autor.
Manolo Ambou Terrádez
Manolo Ambou Terrádez
Totalmente de acuerdo con tu interpretación del "buscador de setas" que se dedica a destrozar las no comestibles (o las que el cree que no lo son) ,como si fuese una mala plaga que habria que erradicar.Desgraciadamente es muy "humano" eso de exterminar lo que no tenga ningun valor comercial para nosotros.
ResponderEliminarLas fotos....geniales,la del grupo de muscarias particularmente creo que es la mas bonita que he visto de esa especie.
Enhorabuena
Muy bonitas como de costumbre. Completamente de acuerdo en que no hace falta comérselas para disfrutarlas. Me parece un crimen que la gente vaya por ahí rompiendo las setas que no conoce, o que no considera comestibles (cuando la gran mayoría sí que lo son) o incluso porque sabe que son venenosas (pues si es venenosa no la cojas, pero déjala en paz). De hecho me he encontrado rotos por el campo setas tan exquisitas como Boletus edulis o como Amanita caesarea.
ResponderEliminarOtro de los artículos joya. La filosofía de no odiar aquello que no identifiquemos como comestible la considero muy valiosa. Salut!
ResponderEliminarEs que me fado mucho al ver esas destrozas en el monte por ignorantes "seteros".
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