lunes, 24 de febrero de 2020

ESTILO ARQUITECTÓNICO DE UN PUEBLO (EL)

Estocolmo
LA GRACIA DE LOS PUEBLOS

Llevo muchos años visitando diferentes poblaciones del Mundo, y aplaudo a las que han sabido mantener en sus edificios esos detalles arquitectónicos que los enriquecen que de esa forma mantienen su historia viva para todo aquel que ama la cultura, sin caer en el folclore más barato.

Mantener un estilo propio en las construcciones siempre lo he aplaudido. Un estilo que marca  y define un lugar, diferenciándolo de otros, ubicando sus construcciones, situándolos en un zona determinado en el Mundo, mostrando su valor, su orgullo.

Cuando el urbanismo de algunas poblaciones se convierte en caos, por desgracia, también suelen definir el sitio: las favelas de Brasil, los barrios modestos de Lima o de Nueva Deli etc.

Creo que los habitantes de las poblaciones hicieron y siguen haciendo sus construcciones con un particular estilo y viendo una sola imagen de ellas podríamos apreciar, aproximadamente, el enclave donde se encuentra.


Kilmore Quay (Irlanda)

Estimo que cada ciudad, o mejor aún, cada pueblo o aldea, deberían guardar un estilo propio, definiendo su propia cultura.

En mi juventud, una de mis profesiones fue la de delineante de construcción, por lo cual tuve la oportunidad de diseñar muchos edificios, que debía integrar sin estridencias entre las construcciones ya levantadas.
Así que mi problema se centraba en encontrar el estilo propio del lugar, ya que en mi tierra no estaba muy definido del todo.

Pero vayamos a algunas poblaciones de España que supieron mantener orgullosamente su historia, su idiosincracia en sus viviendas, para gozo de sus vecinos pobladores y visitantes.

Salardú en el Valle de Arán (España)

Los primeros ejemplos que vi sobre este tema fue en el Valle de Aran, cuando comencé a observar las ampliaciones en sus aldeas, conservando su estilo, y creo destacable decir que incluso mejorándolos.

Fijaos cómo lo consiguieron: Las autoridades del valle, viendo lo que les caía encima, dado el enorme atractivo de adquirir vivienda junto al mejor complejo de esquí en España (Baqueira - Beret), trazaron un estupendo y concienzudo plan.
Se trataba de que todas las nuevas construcciones, que pronto ampliarían las diversas aldeas y pueblos del valle, siguieran su estilo sin desmerecerlo, por lo cual hicieron un catálogo propio de construcción.

Las casas aranesas en el Valle de Arán (España)

Para ello eligieron: las mejores ventanas, las mejores puertas, las mejores esquinas, las mejores chimeneas, sus mejores portales, sus tejados de pizarra, etc., que acoplaron a una fábrica de piedra y mortero, definiendo así un puzzle, un guión con el que, de forma obligada,  el arquitecto diseñaría una nueva vivienda, digna de estar junto a las originales del lugar.
Resultado: Unos pueblos muy hermosos, enriquecidos, que aplaudí eufóricamente, con la esperanza de que muchos otros lugares de este país los emularan, y por suerte así fue.

Esta filosofía de mantener y restaurar el patrimonio de los pueblos, por modestos que lo sean, siempre atraen a viajeros, a visitantes que aprecian el esfuerzo, realizado or sus moradores, y que por diversos motivos contribuyen así a  enriquecerlos, a mantener vida en ellos.

Pero la clave la tienen los ayuntamientos, si disponen de asesores adecuados para resaltar con juicio claro los valores arquitectónicos de esa población.
                                      **************

UN SENCILLO TOQUE AZUL TAMBIEN EN CHELVA

Hermita de Santa cruz.

Voy a mostraros un simple ejemplo de lo que hablo en mi reciente visita, que realicé a una población de los Serranos en la Comunidad Valenciana.

Azulejo ante el Museo Arqueológico de Chelva en el barrio andalusí de Benacacira. 

Chelva, como muchas otras poblaciones valencianas, dispone de unos maravillosos barrios históricos en la parte antigua de esta pequeña población de solo 1500 habitantes. Se trata del barrio andalusí de Benacacira, del barrio judío Azoque, del barrio morisco del Arrabal, o el cristiano que se une tras la conquista de Jaume I, presentes en nuestra compleja historia y que podemos seguir en parte durante su Ruta del Agua.

La hermosa costumbre de sencillos encalados con azulete.

Siendo conscientes de la riqueza cultural que poseían, han realizado un estupendo plan de acondicionamiento en sus retorcidas y estrechas calles, propias del medievo musulmán y judío, y un mantenimiento de servicios imprescindible en las viviendas, que de esta forma siguen siendo habitables, evitando así su olvido y consecuente  estado ruinoso y destrucción. 

En este desconchado podemos comprobar la antigua tradición de sus encalados.

Han sabido respetar sus numerosas fuentes, cerámicas y con un sencillo toque de color azul en sus encalados, firman la decoración externa de sus edificios y con ello nos recuerdan la antigua usanza de embellecer y desinfectar las viviendas, encalando las fachadas y utilizando el azulete para enmarcar las ventanas y algunas paredes, una costumbre propia de los pueblos mediterráneos y manchegos como Campillo de Altobuey y que me llevan a evocar otros lugares como Santorini en Grecia, Sidi Bou Said en Tunez, Chaouen en Marruecos o Jodhpur en Rajastán de India.

Un rosario de refrescantes fuentes aparecen en estos barrios medievales de Chelva.

Este sencillo toque de añil recuperado en sus viviendas, le dan una estupenda firma de su historia viva, de cercanos recuerdos, para placer de nuestra vista.


Fotografías: Pilar Álvarez y del autor.

Manolo Ambou Terrádez

No hay comentarios:

Publicar un comentario