LAS
PERLAS DE LAS CAVERNAS"
En mis andanzas por ese mundo subterráneo de las cavernas,
admirando su vestimenta formada por espeleotemas secundarios, que
cubren sus techos, paredes y suelo, y en escasas ocasiones, he podido encontrarme
con una de las formaciones menos frecuentes de las cavernas: las pisolitas LAS PERLAS DE LAS CAVERNAS.
Si además de su improbable presencia en la mayoría de las
cavidades, añadimos su forma similar a un vulgar canto rodado, provocan que,
para muchos espeleólogos, pasen
completamente desapercibidas.
Estos curiosos depósitos minerales formados por la acumulación de finas
capas de calcita en forma esférica, tienen un origen muy particular y
sorprendente que las hace dignas de ser admiradas con más atención, si cabe, que al resto de las formaciones presentes en muchas de las grutas que siempre hemos
admirado.
Es por ello por lo que voy a explicar su genial formación y
comprenderemos el motivo por el que se les ha denominado vulgarmente como
“perlas de las cavernas”.
Allí, en la zona activa de la cavidad, en su obscuridad,
desde su génesis, durante miles de años, esa genial artista, la gota de agua,
va creando su arte.
Empecinada, arrastra con ella sales minerales que deposita
por donde pasa, con admirable pericia.
Estalactitas que cuelgan del techo, tratan de alcanzar el
suelo, mientras que a su vez intentan formar sus estalagmitas, más robustas y con
menos velocidad en su desarrollo buscando encontrarse con su generadora.
Algunas lo consiguen y dan origen a las formidable columnas,
que con el muy lento paso del tiempo, crean enormes figuras.
Otras más rebeldes, las excéntricas, juegan en algunos
rincones de la cavidad, tomando formas vistosísimas e increíbles. Son muy
delicadas y en su juego se han aliado con las corrientes de aire, para desafiar
la ley de la gravedad en su flujo de evaporación. Consiguen formas
coraliformes, o formaciones floreadas con
delicados cristales de aragonito o yeso. Otras, las helíctitas, disponen de un canal por donde fluye el
agua para su desarrollo. Quiebros en forma de anzuelo, enroscamientos como el
rabo de un puerco: formas caprichosas de su locura creativa.
Por un lado suaves coladas que cubren las pendientes formando corrientes
petrificadas en forma de manto, como los saltos de un río.
Más allá largas cortinas que cuelgan del techo y las paredes para
engalanar la cavidad como en los señoriales palacios.
Y también gours, esas presas escalonadas que las pendientes con
circulación de agua los van formando y acumulándolo como auténticos diques.
Y entre otras formaciones menos frecuentes reinan las
pisolitas, nuestras perlas de las cavernas, ahora os lo cuento.
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Pasan los años, los siglos, los milenios por esa cavidad
sumergida en las tinieblas, cuando en un momento determinado, una corriente de
aire transporta un granito de arena o incluso de hueso, que cae en una cavidad
activa con agua.
En principio y básicamente se inicia así, pero os pondré
un ejemplo más hermoso, como el que sucedió en nuestra foto.
La estalagmita crecía y crecía en busca de su generadora,
pero en cierto momento, la caprichosa gotita de agua, cambia su recorrido y
deja de aportar sales.
La consecuencia ahora será una descalcificación de la
estalagmita, que retrocede, creando un cuenco en su cúspide, por que la gota de agua la deshace.
Pasan esos miles de años y por una casual circunstancia, esa
corriente de aire, deposita esa partícula en la cavidad de la estalagmita
repleta de agua.
La incansable gotita de agua la mantiene suelta y en
movimiento. Pero en un momento determinado, el recorrido del agua por los
intrincadas grietas y porosidades vuelven a recoger calcita. Ahora la
partícula, que es volteada por la genial gota de agua, va envolviéndose con una
fina capa de calcita, redondeándose, justo como lo hacen las ostras con sus
perlas.
De aquí su nombre PERLAS DE LAS CAVERNAS, capricho de la naturaleza subterránea.
Fotos del autor.
Que curiosidad este capricho de la naturaleza. Sinceramente ni había oido hablar de ello.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un abrazo.
Hola Manolo soy Ramon Altarriba,me gusta mucho tu articulo y te animo a que escribas mas .Un saludo
ResponderEliminarSorprendente Manolo. Tampoco había oido hablar de las pisolitas. Gracias. Besicos Serranos
ResponderEliminarSiempre nos sorprendes, no conociamos a las pisolitas, pero gracias a ti, ahora si.
ResponderEliminarComo siempre muy buenas fotos.
Interesantisimo artículo que te hace reflexionar sobre la fragilidad de la naturaleza y su rápido deterioro si no la cuidamos entre todos
ResponderEliminarHola Manolo soy Luis.
ResponderEliminarAunque nos conocemos hace algún tiempo, nunca te dije lo mucho que he aprendido y disfrutado de tus relatos contados en persona. Hoy ya, sin las prisas de hace unos años, leo tus artículos y puedo decirte que me engancha todo lo que cuentas y como lo cuentas. Gracias por acercarme a la naturaleza y a esas ricas vivencias tuyas. Un abrazo