La enseñanza del esquí se basa en una serie de ejercicios
que nos llevan poco a poco al dominio de toda la técnica, como ya dije, algo
compleja y sutil.
Dentro de esa enseñanza, hay dos escuelas, ampliamente
reconocidas, que dominan el mundo de la enseñanza: la francesa y la austriaca.
En mi tierra, la Escuela Española de Esquí, eligió la
austriaca, basándose en unos principios más directos en su objetivo,
especialmente al inicio, pues ambas técnicas terminan de forma similares a
niveles altos, en competición.
Cuando nos calzamos unas tablas de esquí quedamos atrapados.
Toda nuestra movilidad desaparece. Nos sentimos torpes al querer movernos.
Ese es el primer problema que tendrá que resolver el
monitor. Poco a poco nos obligará a realizar una serie de ejercicios básicos,
especialmente ordenados, que nos eliminarán rápidamente nuestra torpeza.
Pronto aparecerán los deslizamientos y seguidamente lo más
importante, los cambios de dirección y los giros. Con ellos comenzaremos a
controlar nuestra dirección al deslizarnos y lo más importante, reducir la
velocidad, ya que sin ellos irá en
aumento nuestra aceleración, con el consiguiente peligro.
Los giros en cuña serán pronto nuestra salvación. Con
ellos, cuando los realizamos
correctamente, seremos capaces de descender por la mayoría de pistas, eso si, a
nuestro ritmo, con seguridad.
Pero pronto, y de forma equivocada, algunos, pretenderemos
abandonar la cuña, por que es de novatos. Tenemos prisa por esquiar en paralelo
como nuestros amigos más veteranos.
¡Que error más grande!
Si no dejamos completamente perfeccionados todos los
movimientos y posturas que nos obligan en la cuña, los virajes superiores que
tanto deseamos, quedarán contaminados con incorrecciones, que llevaremos
consigo durante mucho tiempo.
Nuestro progreso se verá ralentizado y al siguiente monitor
le tocará insistir en esos defectos tan imprescindibles para progresar.
El perfecto esquí se basa en la angulación de hombros, la de
caderas y la de rodillas. Sin ellos jamás podremos desenvolvernos correctamente
en este deporte, y todos ellos se encuentran presentes en la CUÑA .
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Cuña quitanieves, con las rodillas anguladas. |
Si vemos a un esquiador realizando una buena cuña,
observaremos que sus angulaciones son las mismas que el esquiador que realiza
el mejor esquí paralelo; esa técnica superior que todos deseamos alcanzar. La
única diferencia está en que los esquís están separados en “V”, y en el
paralelo se encuentran casi juntos.
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En un viraje en paralelo, la única posición que cambia, es la del esquí interior, que queda en paralelo con el exterior. |
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Solo cambia la reunión del esquí interior al viraje. |
Una vez utilicemos la CUÑA perfectamente, pronto vendrá el
viraje fundamental, el stem cristianía,
el paralelo y una serie de técnicas de virajes superiores que nos dejarán en
ese tan soñado nivel de esquí, con los que podremos resolver todo tipo de
pendientes y los diferentes estados de nieves, alcanzando un esquí “todo terreno” que nos liberará de las dificultades,
convirtiéndose nuestros descensos en un auténtico placer.
En la técnica austriaca, la cuña parte de una postura
estable flexionando cintura y rodillas, manteniendo los brazos abiertos para
aumentar el equilibrio, con los puños a la altura de las caderas.
Se inicia con un deslizamiento a máxima pendiente, con las
rodillas lo suficientemente separadas para que los esquís queden casi planos en
la nieve.
El giro se producirá al acercar la rodilla del esquí,
correspondiente al exterior del giro, hacia la contraria. Producirá así una
angulación de rodilla, que repercutirá inmediatamente, por medio de las botas
bien ajustadas, en una toma del canto interior de ese esquí exterior,
provocando una flexión de la tabla y acoplando a la vez la curvatura de ella
sobre la nieve, con una reacción de giro inmediato.
Para cambiar de dirección, solo tendremos que relajar esa
rodilla, para que la tabla regrese a la posición plana, y ahora angularemos la
otra rodilla, como antes, para que el esquí contrario reaccione de igual forma
el giro, ahora en el otro sentido.
La amplitud del giro dependerá del grado de angulación de la
rodilla; cuanto mayor sea, más cerrado y brusco será el giro.
Importantísimo: Para el giro, solo se moverá la rodilla
correspondiente. El resto de cuerpo permanecerá en la postura inicial.
¿Veis que fácil?
Una pregunta.
Tu que ya no eres novato:
¿Sabes si
ejecutas correctamente la cuña? Por que ese puede ser el motivo por el que te
cuesta progresar.
Seguiremos.
Foto y dibujos del autor.
Foto y dibujos del autor.
Manolo Ambou Terradez
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