miércoles, 16 de enero de 2013

ABU SIMBEL






EL EXTRAORDINARIO 
TEMPLO DE RAMSES II

Vista aérea del monumento junto al gran pantano.
  He viajado por el mundo para encontrar esas improntas extraordinarias del ser humano. Una que considero merecedora de distinción y que dejó una huella profunda y para siempre en mi memoria, fue la obra de un faraón, en este caso del Imperio Nuevo de Egipto. 

Volando desde Asuán a Abu Simbel, a unos doscientos ochenta kilómetros en mitad de la cola del pantano, que en 1972 engulló definitivamente todos los pueblos y cultivos nubios, sesenta y cuatro metros por encima de su emplazamiento original, salvado así de las destructoras aguas, aparece ante nosotros el segundo monumento más impresionante de Egipto, el templo de ABU SIMBEL.

Johann Ludwig Burckhardt vestido al estilo oriental.
  
 En 1813, el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt descubrió, más arriba de la primera catarata del Nilo, estas formidables construcciones que yacían 2000 años semisepultadas en la arena.

Dibujo de David Roberts (1839)
  
 Fueron construidas para conmemorar la batalla contra los hititas de Kadesh.

J
Jefes hititas aprisionados.
   
  El gobernador Muwatalli II y su ejército, aunque reforzado por vasallos y tropas mercenarias, fue derrotado. Se la conoce como la batalla más grande librada con carros de guerra, en la que participaron más de 5000 unidades. Parece ser que la ventaja egipcia se debió a la ligereza de sus carros, especialmente de las ruedas, que por ello los hacían mucho más maniobrables. Fue el último acontecimiento militar en la Edad de Bronce perfectamente descrito en sus murales. Igualmente fue la primera batalla espléndidamente descrita de la Historia antigua.

   El conjunto monumental está formado por dos templos.
   El de la reina Nefertari, que fue la esposa más amada del faraón. 


Templo de la reina Nefertari.
Sus nombres aparecen escritos por todo el templo: paredes, columnas y hasta en el santuario erigido en honor a la diosa Hathor.
   A pocos metros hacia el sur se alza el más monumental, el más impresionante el de Ramses II.


  
 Tiene una altura de treinta y tres metros y una anchura de treinta y ocho.
   Está custodiado por cuatro estatuas sedentarias de Ramses, cada una de veinte metros.




   
El vestíbulo, en el que ocho estatuas más de Ramses vestido de Osiris, soportan el techo ricamente engalanado.
   En el muro izquierdo, descubrimos relieves representando al faraón en plena batalla contra los hititas.

   
Pero no debemos pasar desapercibido este pasaje que nos muestra a Ramses montado en su carro de guerra, acompañado de su león amaestrado.
   Un segundo vestíbulo nos conduce a las cámaras y al santuario interior con relieves muy elaborados.

   
Tras el monumento, se ha construido una gran bóveda de hormigón armado, con 125 m de altura y 60 m de anchura en su base,  que soporta una montaña artificial de 100.000 toneladas.

  
 Está equipada con varios péndulos y diversos aparatos de precisión, con los que poder detectar cualquier alteración de la obra o del terreno.
   El monumento, que después de las pirámides, es el más importante de Egipto, queda ahora engrandecido por el extraordinario trabajo, que durante dos años se realizó para rescatarlo de las aguas.


Trabajos de reconstrucción del templo en 1964 (Fotógrafo desconocido)

   Sus 15000 toneladas de piedras, fueron cuidadosamente aserradas manualmente en 1305 bloques, algunos de los cuales pesan 30 toneladas, y reinstalados sesenta y cuatro metros más arriba, y a unos   ciento ochenta más al oeste del lugar que había elegido hace 3300 años el poderoso Ramses II.


En este detalle del monumento podemos apreciar las  marcas rojas señalan las líneas del aserrado

Hasta aquí, ya junto a Sudán, llegó Nilo arriba la cultura del imperio nuevo de la XIX dinastía.



   Fotografías  del autor.

   Manolo Ambou Terradez.

5 comentarios:

  1. Gracias por el artículo, yo me quede en el barco en Assuan y no pude verlo. Reitero mi agradeciento.

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  2. Muy interesante Manuel. No conocía la historia del traslado.
    Si no te importa haré difusión de tus artículos en mi redes sociales.

    ¡Un saludo crack!

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  3. Menos mal que todavía quedan personas con cabeza. Imaginate perder esos monumentos debajo del agua. Como siempre buen trabajo Manolo.

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  4. Rámses II fue rey de la XIX dinastía, no de la XX. ;)

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  5. ¡Ay el palito!
    Ha sido un problema de transcripción.
    Gracias por darte cuenta.

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