martes, 15 de diciembre de 2015

MARTÍN PESCADOR (UN NIDO ARTIFICIAL PARA EL)

UNA CASITA PARA EL MARTÍN




Llevábamos muchos años siguiendo algunas parejas de martí pescador en las orillas del río, en lo que hoy es la cabecera del Parque Natural del Turia en Valencia (España).
Los territorios de estas aves solían ocupar tramos de kilómetro y medio. Los teníamos localizados,  pues eran escasos los lugares en los que pudieran anidar, debido a las riadas que de tarde en tarde se producen con virulencia, al aumentar varios metros el nivel de las aguas.


 La corriente destruyen constantemente las pocas paredes de tierra que aún quedan, donde estas aves utilizan para excavar sus profundos nidos.
 Cada vez quedan menos  y  en algunas temporadas llegaron a anidar alejadas del agua, aunque dentro de lo que en su día fue cauce.
 
Jose Luis Sanmiguel, Angel cuenca y Luis Santamaría.
31 de Octubre del 2009
Uno de los que teníamos más controlados, estaba ubicado entre dos grandes rocas, donde aún quedaba una estrecha franja de tierra.
Así, protegida de las crecidas, había aguantado los embates de varias riadas que llegaron a superar el nivel del nido, por suerte, fuera de época de nidificación.
 
Un nido de hormigón.
Era un recodo profundo tras un ligero rápido, donde las aguas se calmaban, dejando una superficie bastante aceptable para los baños habituales, que realizan al salir del nido estas pulcras aves.
Encarado al norte, no era el lugar idóneo para sacarles fotografías en aquella umbría, pero si para disfrutar de sus trajines de reproducción.
Las estuve controlando varios años, hasta que surgió un problema que nunca había contemplado.

El autor asegurando la pared y el nido contra las riadas. 

En plena nidificación, y cuando debía tener una gran actividad por haber nacido ya los pollos, aprecié que las aves ya no se acercaban al lugar, pasaban por delante sin detenerse, aquello era muy raro.
Después de asegurarme que no era por la presencia de algún pescador, me aproximé a la estrada del nido, por si descubría alguna pista que me revelara la causa de aquel comportamiento un tanto insólito. 
Algún depredador había arañado la tierra, pero su extra plomada situación había hecho desistir su intento.
 
Ahora sería difícil que el agua excavara el nido.
Pero pronto advertí la causa. La estrada al nido rezumaba agua, estaba ennegrecida y las moscas entraban por ella. Esto me alertó.
Evidentemente, por desgracia, habían muerto los pollos.
Esa semana había llovido y las filtraciones alcanzaron la cámara de nidificación, por lo que los pollos debieron morir por la gran humedad de su receptáculo.

Desalentado, esperé la segunda puesta, pero volvió a llover en esa primavera y ocurrió nuevamente el desastre.
Prácticamente ya no quedaban taludes de tierra en esa zona para que estas aves pudieran encontrar el lugar adecuado, por lo que se me ocurrió proteger el suelo correspondiente al nido con un gran plástico, con el objetivo de que no volviera a filtrarse el agua de las lluvias, pero al año siguiente volvió a suceder.

Estaba claro que las aguas procedían de  más lejos, así que decidí  resolverlo de forma más contundente; Le construiría un nido  de hormigón impermeable al agua.


Tomé la profundidad de la galería con la cámara de nidificación y también las dimensiones del túnel. El tamaño de la cámara ya la conocía, así que inicié con arcilla y escayola dos moldes para que pudiera acabarlos con hormigón armado, que luego uniría, completamente impermeable para las filtraciones.

El macho entra en el nido artificial.
Ahora se trataba de excavar el nido e instalarlo en su lugar exacto, comprimir bien la tierra sobre él y reforzar el talud con piedras y cemento, para que resistiera mejor las crecidas.
Un buen equipo de aficionados me ayudaron en estas faenas  de transporte, excavación, albañilería y camuflaje. Ahora solo faltaba esperar.
¿Aceptarían estas aves su nuevo pisito?

En Febrero comenzaban los cortejos y ocupación o creación de los nidos, así que inicié mis observaciones dentro del cañar, junto a las cantarinas aguas del Turia.

No habían pasado aún tres cuartos de hora cuando un martín se paró en la rama posadero que les había preparado frente al nido. Aunque en la sombra sus plumas brillaban con destellos azul turquesa, destacándose sobre aquel fondo umbroso donde se encontraba el nido.
Era la hembra. La conocía por su pico colorado en la mandíbula inferior. 
Estaba muy tranquila. De vez en cuando emitía un piar corto y lastimero como si fuera una cría. 
Diez minutos después comencé a percibir por mi espalda y desde lejos el reclamo, seguramente del macho, que "in crescendo", se acercaba a gran velocidad.
Traía un pececillo en el pico con la cabeza hacia a delante. Estaba claro que era su ofrenda  para la hembra. Los dos piaban y de forma muy recatada, tímidamente, se aproximaron con el cuerpo y el pico estirados: el macho ofreciendo su presa y la hembra aceptándola. En un instante esta la tragó. Parecía muy contenta. Seguía piando como un pollo, con las plumas estufadas, estaba preciosa.
Al poco tiempo el macho voló a nuestro nido y entro en él.
¡Lo habían ocupado!
No pude aguantar más  mi alegría y pronto llamé con el móvil a mis compañeros para darles la buena nueva.
 
Los excrementos en la entrada de los pollos
confirman el éxito de la nidificación.
Durante varias temporadas han realizado sus puestas con éxito y nuestra obra ha resistido todos estos años varias riadas que superaron el nivel del nido.
Creo que nuestro proyecto ha sido un acierto. Estamos satisfechos.
Los reclamos de estas bellísimas aves siguen escuchándose por el cauce del río Turia, reflejando en sus aguas sus brillantes colores en su vuelos rasantes  y veloces.

Fotos de Luis Santamaría y el autor.
Dibujo del autor.


Manolo Ambou Terrádez

15 comentarios:

  1. Preciosos y detallistas tus comentarios Manolo, enhorabuena por tus logros y el de los polluelos.

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  2. Me ha gustado Manolo, no tenía ni idea.
    ¿Tu también contribuiste a la burbuja inmobiliaria?

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  3. Precioso Manolo. Sigo disfrutando mucho con tus trabajos y crónicas.
    Muchas gracias por la divulgación de la Naturaleza que realizas. Enhorabuena.

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  4. Que pasada Manolo.
    Que bien relatado y que extraordinaria vuestra acción.
    Un abrazo.

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  5. Desde las frías tierras austriacas,
    Querido Manolo! Nuestra más sincera enhorabuena por el artículo y el éxito con los polluelos del martín pescador
    Un beso
    Una cantante

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  6. Desde Mira te damos la enhorabuena por otro excelente artículo. Mi hija disfruta mucho de tus artículos, también le interesa la naturaleza, de hecho ahora está investigando la manera de mejorar la sostenibilidad de la Albufera. Un abrazo de Nicolás

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  7. Esperamos tu siguiente gran trabajo. Un abrazo

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  8. Precioso e interesante artículo del naturalista Manolo Ambou. La fauna gana con seres humanos como vosotros.

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  9. Menudo trabajo!! Muy buena composicion y camuflaje. Espero que tu idea cale en mucha más gente y se haga esto más. Enhorabuena. Un trabajo de 10 !!

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  10. Muchísimas gracias por compartir esta idea, este pájaro es precioso y no abundan mucho, hay que protegerlo. Encuentro a faltar el diametro de la entrada, podrías indicarla?

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  11. Hola P. Cardona: No tengo ahora las medidas exactas, pero andan por: altura 7 cm y anchura 6 cm. Si las necesitas exactas las puedo medir este fin de semana.

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    1. Gracias Manolo, supongo que no les vendrá de un centímetro mientras pasen bien. Estoy en una asociación naturalista y colgamos cajas nido, voy a proponer vuestro proyecto a ver si lo ponemos en práctica. Un saludo.

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  12. Enhorabuena !!! excelente trabajo y emocionante resultado.Muchas gracias por compartir. Toni Rivas

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