miércoles, 17 de abril de 2019

KENIA Y TANZANIA - SAFARI FOTOGRÁFICO


UN GRAN SUEÑO
 Desde que era muy niño los animales provocaban en mí un notable sentimiento, una gran atracción. Conocía algunos de ellos a través de las escasas imágenes que llegaban hasta mí por revistas, periódicos, colecciones de cromos , el genial cine y mi estupendo diccionario enciclopédico ilustrado a plumilla de José Alemany. 
Aquellas maravillosas películas en color donde sus argumentos se desarrollaban en aquellas tierras ricas en fauna africana, por expertos cazadores con sus safaris como Mogambo, las Minas del rey Salomón o ¡Hatari!. 

Los primeros ñus comienzan a llegar al Ngorongoro, pronto serán miles y miles, como las estrellas.

Todas ellas nos daban la oportunidad de mostrar esa extraordinaria fauna, sus grandes mamíferos, en movimiento y en color, nada comparable con la que veíamos en los penosos y escasos zoos o en los circos, con los atrevidos domadores ante sus terribles fieras.
Lógicamente aquellas extraordinarias imágenes en los años cincuenta y sesenta quedaron grabadas en mi mente para siempre.

El Kilimanjaro, con sus 5892 m de altura, pierde también sus míticas nieves. Visto desde Tanzania.

Mi heterogénea evolución deportiva siguió un rumbo muy claro, siempre en espacios naturales, en contacto con la naturaleza, con sus paisajes, con su flora y fauna. Así que cuando tuve oportunidad, ya de mayor, me decanté por la nada fácil fotografía de naturaleza. De esta forma acudí como cazador fotográfico a Kenia (con cámara analógica) y luego a Tanzania (esta vez con equipo digital), cumpliendo aquel sueño de niño, de muchacho.


El impresionante crater del Ngorongoro alberga una fauna singular.

He recorrido gran parte del Mundo, y puedo asegurar que en ningún otro lugar he podido ver y admirar una fauna terrestre tan extraordinaria y abundante como la de estos agraciados países que rodean al Kilimanjaro.
Desde algún punto elevado, se pueden contemplar la migración de ñus, cebras, búfalos y otros a miles de ejemplares, como estrellas podemos ver en la noche.

Los dos grandes de África: el elefante y el baobab.

Allí se produce La Gran Migración que arrastra a millones de animales siguiendo las lluvias, la hierba fresca, en un gran recorrido que va desde Masai Mara en Kenia para seguir por el Serengueti y el Ngorongoro en Tanzania, en una ruta circular imparable, que sigue el sentido las las agujas de un reloj.



Pero no solo en este enorme recorrido está su maravillosa fauna, también sus áreas colindantes se contagian de una vida extraordinaria: el lago Nakuru, el Parque natural de Amboseli, Aberdare, Taranguire, Arusha.......todo un regalo para ver y sentir la vida salvaje de una forma fácil.

"Los cinco grandes de  África" (elefante, rinoceronte, búfalo, león y leopardo) atrajo a numerosos cazadores a estas tierras, hasta que sus autoridades comprendieron que era mucho más rentable mantener viva a su extraordinaria fauna, imprescindible para su equilibrio natural, por una caza incruenta de fotógrafos y turistas.
Hoy día podemos visitar estos parques, contratando safaris turísticos o personalizados para ver su conjunto o localizar especies concretas. 

De todas formas e inevitablemente tropezaremos con gran parte de su fauna, que irá apareciendo en nuestro recorrido, desde pequeños reptiles y aves, hasta los mamíferos más grandes de la Tierra en plena libertad. Esto conlleva una forma de comportarnos imprescindible, que nuestros guías nos aleccionarán, ya que el mero hecho de bajar del vehículo, en ciertos momentos, puede tener resultados fatales.

Rinoceronte blanco, preciosos animal de aspecto primitivo lamentablemente perseguido.

Un elefante o rinoceronte malhumorado puede tumbar nuestro vehículo o quedar mal parado por un pesado búfalo enfadado.  Sencillamente bajar del vehículo para hacer tus necesidades, puede provocar que seas presa fácil para un león escondido, invisible,  o recibir una picadura fatal de esa víbora camuflada en el suelo. 
Estas tierras son un autentico jardín pero salvaje, nada que ver con nuestros parques o territorios occidentales, con muchísimo menos peligro, aquí hay que saber estar.


Si nuestra visita la hacemos coincidir con la migración, tendremos la oportunidad de esa masa errante de herbívoros, acosados por un gran número de carnívoros, ofreciéndonos la oportunidad de verlos y en ocasiones contemplar sus lances.
La migración coincide en verano en Kenia y en invierno en Tanzania dónde se produce los masivos nacimientos de los herbívoros que atraen con mayor motivo a los depredadores.

Este leopardo hembra esconde en estas rocas sus dos crías a sus enemigos.

Durante una visita corta de diez o quince días, da para observar  más de 120 especies de animales diferentes. No todos ellos son fáciles de encontrar, los más difíciles son rinocerontes, leopardos y guepardos, todo depende del lugar que visitemos y el momento.

En sus selvas es más difícil ver su fauna, pero sí escucharla y admirar su vegetación, su extraordinaria fronda, es también muy enriquecedor.


Los recorridos se realizan obligatoriamente con diversos vehículos preparados para observar, en los que nos sentiremos seguros, ya que la mayoría de la fauna está acostumbrada a ellos y por lo tanto podremos descubrirla y contemplarla, en muchos momentos de tu a tu, sin molestarla; eso si, en silencio, sin vocear.




Recorriendo estos territorios encontraremos algunos pueblos masai, que orgullosamente siguen con su tradición de ganaderos, en medio de esta tierra de temibles depredadores.


Además, viajar a estos países nos dan la oportunidad de conocer su diversidad étnica y sus formas de vida concentra junto a las carreteras en su básico comercio, en sus quehaceres, mercadillos, productos agrícolas, su arte, básicas costumbres que contrastan con las nuestras.


Los alojamientos varían según el tipo de safari elegido: hoteles, lodges o en sencillas tiendas de campaña si queréis de esta forma  disfrutar de un mayor contacto con la naturaleza, siempre dirigidos por guías autorizados, profesionales, que nos situarán en lugares adecuados.


Si algún día tenéis ocasión de visitar estos paraísos, quedareis prendados de su naturaleza para siempre, jamas lo olvidareis.


Fotografías de Luis Santamaría y del autor.

Manolo Ambou Terrádez






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