martes, 6 de julio de 2021

AZOR 2ª parte


LOS OJOS DEL PIRATA DEL BOSQUE


Mi primera experiencia fotográfica con un Azor se frustró  en parte, debido a la depredación del nido por un ágil mustélido y me dejó pendiente un nuevo encuentro con este fantasma del bosque y como tal muy difícil de avistar.


Años antes, habíamos escuchado los sonidos que emitían los jóvenes azores desde el nido, lo que nos confirmaba la presencia en aquel pinar de esta escurridiza rapaz, de este espíritu del bosque.


Así pues, establecimos un plan para atraer a estos azores a un discreto posadero alejado del emplazamiento del equipo fotográfico, para que no sospecharan de nuestra presencia y lo bastante cercano como para que las cámaras pudieran captar a esta hermosa rapaz de las sombras.


Macho de Azor (Accipiter gentiles) con la espalda plomiza.

Ya he repetido muchas veces que la técnica estriba en confeccionar escondites (hides), lo suficientemente bien hechos para que la especie elegida no desconfíe de  nosotros, ya que ir detrás de ellas es algo agresivo y con improbable éxito, pues siempre tratarán de zafarse de nuestra persecución, ya que nos reconocen como lo que somos: Homo sapiens un cazador-recolector que históricamente ha ido a cazarlos con trampas, a palos, pedradas, flechazos o a tiros como hoy día. ¿Cómo no van a huir?

Solo hay algunas especies a las que tradicionalmente hemos respetado y por ello aceptan nuestra presencia, pero son pocas.

Cada especie adopta una distancia de seguridad que nos es muy complicado reducir, pues sólo es posible a base de equipamiento o ingenio.


Últimamente, la proliferación de adictos a la fotografía de naturaleza ha originado agrupaciones de fotógrafos o de observadores, propiciando incluso empresas que facilitan estas observaciones sin tener los conocimientos de campo tan importantes e imprescindibles hasta hace poco.




Habíamos montado un hide, hoy clásico, con forma de caseta pequeña camuflada, equipado con un cristal espejo, que impide que se nos vea desde el exterior.

Esta técnica es muy efectiva si el hide está bien emplazado. Solo hay que saber estar y atraer a la fauna que deseamos con el señuelo adecuado para ella: agua o su comida preferida. 


Era completamente de noche aún cuando nos instalamos en el interior del hide, pues sabíamos que el azor tiene costumbres crepusculares, gracias a sus ojos de color amarillo adaptados a la poca luz.


Silencio absoluto en el hide. Estaba instalado al borde del pinar, ante un gran espacio abierto de campos donde era probable que sus presas habituales, especialmente los conejos se expusieran buscando su alimento.

Nuestros oídos estaban atentos captando los sonidos de aquel ecosistema que despertaba. 

No tardamos mucho en captar su inconfundible “caiii caiii caiii…” procedente del interior de la pinada. No tardaríamos en verlo.


Como siempre, invadidos por la emoción, por nuestro deseo y envueltos por la natural incertidumbre nuestros ojos, más abiertos de lo habitual, trataban de descubrir cualquier movimiento en el estrecha franja de visión que nos permitía el hide y la aún tenue luz del amanecer.


Egagrópila de azor.


En nuestro interior, rogábamos que la rapaz esperara para aparecer a que hubiera  suficiente luz para poderlo fotografiar aceptablemente. Había emoción en el interior del escondite, de nuestro hide.


Como un fantasma apareció la rapaz por detrás nuestro para caer con seguridad y poderio sobre el conejo muerto que le habíamos ofrecido en el posadero.

Tenía un gran parecido con la hembra de gavilán. Sus ojos de oro buscaban con frialdad cualquier enemigo que pudiera molestarla. Duró varios minutos su atención hacia aquel ecosistema que tan bien conocía, su territorio y al fin desvió su mirada hacia la presa y fue entonces cuando tímidamente, nuestras cámaras, amortiguadas por el hide, comenzaron a trabajar en la penumbra de aquel amanecer.


Cuantas ganas tenía de poder estar nuevamente “cara a cara” con aquella singular rapaz. Era el macho, algo más pequeño y estilizado, pero posiblemente acudiría tambien la hembra, según nos había informado la cámara trampa, instalada varios días antes, por su sensor de movimiento. Una herramienta magnífica que desde hace algunos años utilizamos para el seguimiento de la fauna, tanto los biólogos como los fotógrafos de naturaleza.


La presa habitual de la mayoría de rapaces es el conejo.


Ahora estaba muy tranquilo sobre su presa y comenzaba a despedazarla para alimentarse, con intervalos de observación de obligado cumplimiento para su seguridad.


La luz de la mañana era ahora más potente, y pronto sus ojos amarillo cálidos brillaron en nuestras fotos, mientras su buche engrosaba con el almuerzo.


Con un revoloteo fugaz llegó también por nuestra espalda la hembra, que por la tranquilidad que mostraba su consorte, no tardó en alimentarse con las sobras que le había dejado su compañero. Era más grande que el macho, del tamaño de un Ratonero común, y con la espalda gris parduzca, diferenciada del gris plomizo del macho.


Las cámaras sonaban discretas, especialmente cuando alguna de las rapaces alzaba su mirada mostrando sus expresivos ojos de ámbar. Fueron muchos minutos de espectáculo, hasta que del conejo solo quedaron algunos huesos mondos y lirondos. Poco después volaron hacia el pinar, desapareciendo entre las sombras de la espesura, como fantasmas.


Miré a mis compañeros y me hicieron con la mano un signo de “conseguido”, completado con una gran sonrisa. Espectacular sesión. 


Fotografías del autor.


Manolo Ambou Terrádez

4 comentarios:

  1. Manolo enhorabuena por los resultados con el azor!
    Visto lo curioso que es el proceso de seguimiento de las aves, ahora te propongo otro artículo, sobre la construcción de los hide, desde los más rudimentarios o de épocas pasadas hasta los que puedas haber preparado más recientemnente.
    Un abrazo!

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  2. Gracias Ricampo: Dale una mirada a mi artículo "CAZA FOTOGRÁFICA" Un saludo.

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  3. Fantástico reportaje, enhorabuena. Un saludo.

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  4. emocionado a la vez que alegre de poder contemplar un azor en todo su esplendor ,un trabajo fantastico futuro vecino , digno de admirar ,un fuerte abrazo de tu buen amigo rafa ☺️

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